Chistes de machos.
Por Elvira Luna Pineda*
Es muy fácil hacerse el chistoso, dicen que en política el
fin justifica los medios, sin embargo la experiencia reciente nos enseña que
con hacerse el simpático no siempre se cumple el objetivo. Analicemos. Tan absurdo
es decir que el gobernador Kiko Vega “quiso romper el hielo” en el evento donde
expresó sus desafortunadas declaraciones regresando a las mujeres al lugar de
donde históricamente tantas luchas ha costado para salir y tomar esos espacios
que injustamente se nos han negado, como absurdo sería iniciar un evento del
día del niño el 30 de abril haciendo “chistes y bromas” sobre maltrato
infantil, expresando frases que aludieran a diferentes formas de castigar o
violentar a niños y niñas en su día. Qué les parecería que el 3 de diciembre,
día internacional para las personas con discapacidad, los eventos para su
conmemoración iniciaran con bromas sobre la exclusión y marginación a la que
estas personas han sido relegadas; que tal si ese día escucháramos “chistes” de
la forma en la que se ha negado una educación igualitaria, seguridad social
inclusiva, oportunidades equitativas, haciendo mofas de espacios laborales
inexistentes o de poca paga. El 2 de diciembre ha sido declarado por la Organización
de las Naciones Unidas como día internacional de la abolición de la esclavitud.
Que tal iniciar con las actividades para recordar esa fecha escuchando
“chistes” sobre la forma en la cual millones de personas en el mundo fueron
cosificados y denigrados. Vendidas familias enteras, arrebatados de los brazos
de sus madres niños y niñas ya que eran considerados cosas que podían ser
vendidos e intercambiados a voluntad del amo, imaginen “chistes” sobre estas
injusticias, e iniciar un evento en el que se recuerda este día con estas
desafortunadas bromas. Vayamos a la patria. El 16 de septiembre celebramos
nuestra independencia. Se imaginan ustedes que algún gobernante iniciara los
eventos conmemorativos expresando “bromas” de la forma en la cual nuestros
pueblos originarios fueron sometidos, asesinados, conquistados a fuerza de
sangre y arrebatos de cultura y religión. Imaginen ustedes que esta lucha
mediante la cual los héroes mexicanos nos dieron patria y libertad, sea
desdeñada por algún gobernante y en vez de resaltar a nuestros héroes, heroínas
y aquella lucha que costo miles de vidas, nos cuentan en tono de “chiste para romper el
hielo” las formas en las cuales sometieron los conquistadores al pueblo
mexicano, justificando esto en que el gobernante que lo hace no sabe hablar
bien y se le dificulta expresarse con claridad. El 20 de noviembre en México
celebramos la Revolución Mexicana. Y de repente el evento conmemorativo inicia
con “bromas y chistes” sobre la forma en la cual la clase obrera y población
rural era explotada y su salario dependía de las famosas tiendas de raya en
donde les pagaban en especie y mediante la cual quedaban endeudados de por vida
ya que para asegurar la alimentación de sus familias requerían de mayores
mercancías que aquellas que obtenían como pago por su trabajo. Abuso hacia esta
clase trabajadora y campesinos utilizados como “chistes” para iniciar el evento
con motivo de la Revolución Mexicana. ¿Qué les parecería? Así de irónico, así
de absurdo, así de hiriente resulta que se quiera defender lo indefendible y de
justificar lo injustificable ante las declaraciones misóginas del gobernador
que ensalza con sus palabras formas patriarcales que han reproducido y
perpetuado estereotipos de género que han derivado en desigualdad e injusticias
afectando la dignidad y los derechos de las mujeres y las niñas. Por eso no
queremos, no permitimos, no toleramos esos malos chistes de machos ni sus
defensas infundadas. Y para la reflexión les comparto las interrogantes de Ayn Rand: ¿En qué se queda mi sabiduría si
hasta los necios pueden mandarme? ¿En qué se queda mi libertad si todas las
criaturas, incluso las más viles e impotentes son mis amos? ¿En qué se queda mi
vida, si he de inclinarme, aceptar y obedecer?