El FEMINICIDIO y la respuesta del
Estado.
En la actualidad surge una serie de dudas y debates
respecto a la legislación y las políticas públicas que se han adoptado con
particular énfasis en torno a las mujeres y el respeto a sus derechos humanos.
En el marco del derecho internacional, de acuerdo con la Consultoría para la
Oficina en México del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en México, es
bien sabido que la violencia contra las
mujeres representa una violación a los derechos humanos y constituye uno de los
principales obstáculos para lograr una sociedad igualitaria y plenamente
democrática. Ningún estado puede ni debe presumir de avance, desarrollo y
altos estándares democráticos si se siguen cometiendo delitos contra las
mujeres por el hecho de ser mujeres.
Desde 1993 México ha sido foco de atención ante la
comunidad internacional por las cifras -calificadas
como alarmantes- de desapariciones de mujeres y su correlación con
homicidios violentos de mujeres en el norte del país.
Durante
agosto de 2006, el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer emitió en México una serie de observaciones
finales resultantes de su visita a nuestro país, entre las cuales instaba al
Estado Mexicano a acelerar “la aprobación de la reforma del Código Penal
Federal para tipificar el feminicidio como delito”. En relación con esta
observación, en diciembre del 2007 se incluyó dentro del Diagnóstico de la Situación de los Derechos Humanos en México, en
la Actualización del Capítulo 5 sobre los derechos humanos de las mujeres, la
recomendación de “estudiar a profundidad
la conveniencia de tipificar el feminicidio”. El concepto y el potencial
alcance de la figura de feminicidio
es complejo, ya que engloba una serie de fenómenos que van desde la violencia
sistémica y la impunidad, hasta el “homicidio de mujeres por el simple hecho de
serlo” así lo ha expresado la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución
A/61/122/Add.1.
El estudio y análisis de la comisión del delito de
feminicidio implica abordar la discriminación contra las mujeres y la violencia
de género, considerar situaciones que expresan y reproducen relaciones
asimétricas de poder, que desarrollan mecanismos para perpetuar la
subordinación y la exclusión de las mujeres de la vida política, civil,
económica, social y cultural, así como del ejercicio pleno de sus derechos. Se
trata –según coinciden investigadores y derechohumanistas- de un acto culminante de una serie de vejaciones
cruentas, que ya han vulnerado previamente diversos derechos de la víctima e
infringido una serie de agresiones constituyentes de delito como violación,
lesiones, privación de la libertad y otras, por lo que está al final del “continuum” del terror contra las
mujeres, el cual incluye una gran variedad de abusos verbales y físicos,
la tortura, la esclavitud sexual (particularmente en prostitución), el incesto
y el abuso sexual infantil extrafamiliar, la agresión psicológica, el
hostigamiento sexual, etcétera (Diana
Russell, 1976). Es el motivo por el cual se califica al feminicidio como la
expresión extrema del poder masculino sobre la mujer, legitimado por una
percepción social desvalorizadora, hostil y degradante de las mujeres.
Especialistas
en derechos de las mujeres, Derechos Humanos y Derecho Penal han esbozado
elementos o ciertas circunstancias que deben ser consideradas en la formulación
de los tipos penales de feminicidio, mismos que han sido tomados en cuenta por
países como México para incluir este delito en el Código Penal Federal, y que
han sido omitidos por la XX Legislatura estatal de Baja California al incluir
este delito en el artículo 129 del Código estatal.
Sigue siendo un tema pendiente, el fortalecimientos de capacidades
institucionales y el favorecer la existencia de personal especializado en estos
crímenes y, no menos importante, el promover e institucionalizar políticas
públicas que promuevan el respeto a los derechos humanos de las mujeres,
eliminado estereotipos y roles discriminatorios que les denigran y cosifican. Concluyo
invitándoles a reflexionar el tema en palabras de Rita Lauro Sagato, “en un medio dominado por la institución
patriarcal, se tribuye menos valor a la vida de las mujeres y hay una
propensión mayor a justificar los crímenes que padecen”.