lunes, 14 de septiembre de 2015

Trata de Personas II

¿Quiénes son ellos?
Por Elvira Luna Pineda


En respuesta a la convocatoria que hiciera la Organización Internacional para las Migraciones, participé por motivos laborales en una actividad en Managua, Nicaragua. En ese país de Centroamérica escuché por primera vez sobre “el fenómeno de las tres T”. ¿A qué se refiere esto de las tres T? Precisamente a Tapachula (Chiapas), Tenancingo (Tlaxcala) y Tijuana (Baja California).

Se trata de tres ciudades que inician con la misma letra y que están íntimamente relacionadas en la ruta del enganche, el entrenamiento (por así decirlo) y la explotación sexual. Es decir, de acuerdo con testimonios de víctimas del delito de trata de personas, gran cantidad de mujeres, niños y niñas son enganchados por redes criminales en Tapachula, son trasladadas a Tenancingo, lugar conocido como “tierra de padrotes” y denominado así por activistas y defensoras de los derechos humanos de víctimas de este delito; y por último Tijuana, conocida en esta ruta como lugar de explotación sexual y en su caso como escala, previo al cruce de víctimas a Estados Unidos como destino final en este calvario de la “esclavitud del siglo XXI”, la trata de personas.

También activistas han calificado a Tijuana como la “Tailandia de América Latina”´, situación que lejos de alertar a las autoridades para implementar medidas de prevención e investigación de este grave crimen, ha causado su injustificada indignación. No están para eso, no están para hacerse los indignados, sino para trabajar y rendir cuentas.

El “Diagnóstico de las Condiciones de Vulnerabilidad que propician la Trata de Personas en México” editado y publicado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social A.C. (CEIDAS), da cuenta de varias de las conclusiones emitidas por el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. “En Tijuana, Baja California, el Relator Especial constató la existencia de un mercado sexual de gran magnitud con conexiones internacionales. El punto sería también lugar de tráfico de personas y de trata de seres humanos”.

El “Diagnóstico” mencionado visibiliza a Mexicali y a Tijuana como territorios que se encuentran en la ruta de la trata de personas. Lo anterior con base en información proporcionada por Marisa Ugarte, Directora del Corredor Bilateral para la Protección de los Derechos Humanos, A.C., asociación que por varios años trabajó en Tijuana en el rescate de víctimas de este delito.

Recuerdan a principios de este año cuando la familia de Janeth Lizbeth en Mexicali denunció públicamente que al reportar la desaparición de su hija de sólo 12 años de edad, algunas autoridades de policía, al parecer les “sugirieron” que la buscaran en los hoteles y moteles del centro de la ciudad. Seguro recordaran que también la familia desesperada por encontrar a su hija denunció que fueron a estos hoteles, y que al menos en cinco de estos lugares encontraron a gran cantidad de niñas y adolescentes vestidas en forma provocativa. El trágico destino de Janeth Lizbeth fue por todos conocido, al igual que las omisiones de la autoridad, de las cuales ni vale la pena hablar.

La semana pasada en este espacio, compartí el testimonio de una víctima de trata de personas, una niña llamada Gris rescatada de las redes de criminales por la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas para América Latina y el Caribe (CATWLAC), testimonio publicado en el “Diagnóstico” editado por la CNDH y CEIDAS.

¿Quiénes eran ellos? ¿Quiénes eran esos hombres vestidos de traje y otros con overol o camisas beige y un escudito que pagaban 500 pesos por mantener relaciones sexuales abusivas con niñas de 8 a 12 años? Gris relato que ella y las otras 40 niñas con las que compartía esta pesadilla daban hasta 10 servicios sexuales al día a estos hombres. ¿Quiénes eran ellos? Insisto. Cuando la Coalición dirigida por la maestra Teresa Ulloa, rescató a estas niñas, ¿Qué hicieron estos hombres vestidos unos de traje y otros de overol, como portando un uniforme? Seguramente, buscaron otro burdel en el cual tuvieran esclavizadas a más niñas. Tal vez esos hombres y muchos más aún están tocando las puertas de burdeles en el que a sabiendas que son niñas privadas de su libertad para utilizarlas como esclavas sexuales, a sabiendas de esto, así acuden a saciar sus perversidades. “Teníamos que atender como a diez señores cada una. Y cuando ya no pensábamos y se nos escurría la baba, nos echaban a la calle, como basura, y traían nuevas niñas”. Esto dijo Gris en su testimonio. Con que facilidad traían a “nuevas niñas”. Con que facilidad cuando a las niñas que de tanto darles “piedra” “se les escurría la baba”, las echaban a la calle “como basura”. ¿Quiénes eran esas niñas? De acuerdo con el testimonio de Gris, las echaban a la calle como basura cuando ya no respondían a nada, por el daño causado por el exceso de droga que les proporcionaban para que esos hombres de traje o de overol tuvieran los servicios por los que pagaban a la “madrota”. ¿Quiénes son esas niñas que tal vez nunca encontraron? ¿Quiénes eran esos hombres que tal vez nunca castigaron y siguen recibiendo servicios sexuales de “niñas nuevas”?


Nos dieron de comer, y ya luego llegaron y nos llevaron a todas a un albergue especial para que pudiéramos aguantarnos cuando necesitábamos la piedra. Muchas de mis compañeras ya no se pudieron recuperar, ni regresar con sus familias. Otras aquí seguimos, tratando de recuperar nuestra infancia, nuestros sueños. Dice la Psicóloga que tenemos que tener un proyecto de vida. Pero es bien difícil olvidar lo que nos hicieron”. ¿Quiénes son ellos? Ellos y ellas, que por 500 pesos, destruyen tal vez por miles, la vida de niñas y niños mexicanos.