martes, 9 de junio de 2015

Partidos vs. Ciudadanos…



Por Elvira Luna.


Es una constante ver a candidatos cercanos que dicen ser parte de la gente y estar entre ella, a diputadas y diputados lejanos de la ciudadanía. De candidatos carismáticos, bonachones y empáticos, a diputadas y diputados que sólo cuidan intereses partidistas al margen de los intereses ciudadanos. ¿Qué pasa en esa transición de querer ser y lograrlo? ¿Qué pasa cuando el sufragio ciudadano les  erige como gobernantes o legisladores? ¿Qué de malo tiene el voto ciudadano que convierte a personas comunes –al menos esa apariencia dan- en enemigos de las causas sociales? –ejemplos sobran-.

Les comparto, que en muchísimas ocasiones que reflexiono, valoro y evalúo las políticas gubernamentales y el quehacer de legisladores y gobernantes –hombres y mujeres- así como sus resultados, me niego a aceptar la frase: “Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”.

Y es que en la antesala de la elección 2015, en la cual llevaremos a sus curules a 500 diputados y diputadas, nuestra responsabilidad ciudadana debe tener un tacto agudo. No podemos cometer errores y seguir encumbrando a quienes no nos rinden cuentas, aun cuando nuestra historia reciente comprueba que la memoria social no existe o es flaca. ¿Por qué lo digo? En los últimos años, cada vez con mayor frecuencia la sobremesa de cualquier hogar y la plática de cualquier café es ocupada por la frustración ciudadana. Las conversaciones sobre los gobiernos opacos y mediocres y la actuación cuestionable de funcionarios son una constante, así como el tema de la ciudadanía alejada de las urnas en forma por demás justificada ante candidatos y candidatas sin propuestas ni compromiso ciudadano. Los gastos desbordantes de campañas y disparidad en elecciones, diputados de lista y pluris que aumentan la inconformidad ciudadana, son también un tema recurrente. Es por lo que algo no me “checa”. ¿Por qué si como ciudadanía estamos tan insatisfechos con quienes hemos llevado al poder, los mantenemos ahí y los seguimos encumbrando?

En la actualidad existen cantidad innumerable de regidores, diputados locales y federales, senadores, alcaldes, funcionarios de cualquier nivel y de cualquier partido, que no han necesitado –en lo absoluto- que exista la reelección o se derogue la “ley antichapulín”, ya que una ciudadanía laxa y distraída; que dice mucho pero vota poco, que grita más en redes sociales pero no cuestiona ni exige rendición de cuentas a sus gobernantes, que recuerda menos y olvida pronto; se ha encargado si quieren con su acción o con su omisión, de ascender y perpetuar a personas que nos han demostrado que lo menos que defenderán en el momento del debate y la decisión política son los intereses de la ciudadanía.

Malos diputados locales que el voto popular ha convertido en legisladores federales, malos senadores que luego son alcaldes y viceversa, regidores que luego son diputados, gobernadores cuestionados de corrupción –en el menor de los casos- que luego son senadores y así la lista es infinita.

La consolidación de la vida democrática es hoy por hoy el gran reto, lo preocupantes es que gran parte de ello estará a cargo de partidos políticos que encuentran su espacio de confort en leyes omisas, presupuestos excesivos y oposiciones tan ilegitimas como alcahuetas. Cambiar esto si es un reto y una exigencia de la ciudadanía que está en el extremo del hartazgo.

Lograr que la ciudadanía gane, no sólo en el discurso sino en los hechos debe ser la gran misión de los partidos políticos, que lejos de asumirse como actores fundamentales y protagónicos de la consolidación democrática de México, han preferido como viles bandoleros, empeñar y traicionar la confianza ciudadana y apostarle a las canonjías, prebendas y beneficios personales y de grupo.


Es por eso que en esta cuenta regresiva de la elección 2015, me niego a llevar con mi voto a personas –hombres y mujeres- que no nos respondan, que no nos representen, que nos olviden y que cuando regresen nuevamente a pedir el voto, constate como una sociedad complaciente les asciende de nuevo. ¿Y tú, que harás con tu voto? ¿Ya decidiste? Yo, lo estoy pensando, porque hoy como nunca, nuestro voto dirigirá el rumbo que tomará este país. Para la reflexión en esta ocasión obligado leer entrelíneas: “Somos víctimas de nuestras elecciones”. Nos leemos la semana entrante.