martes, 9 de junio de 2015

La “independencia”, ha llegado.



Por Elvira Luna.



No vayan a creer que me refiero a aquella noche en la que el cura Hidalgo inició la Independencia de México con el grito de Dolores. Definitivamente no. Convencida estoy que debemos evolucionar a nuevas formas, nuevos sistemas y romper paradigmas. En México existían en el pasado las candidaturas independientes, es decir, candidatos y candidatas ciudadanos que se postulaban a un puesto de elección popular sin contar con el respaldo de un partido político. De acuerdo con algunas reseñas históricas, la Ley para Elecciones de Poderes Federales publicada en el Diario Oficial el 2 de julio de 1918, se le considera el antecedente de las candidaturas ciudadanas. El artículo 107 de esta ley decía textualmente lo siguiente: “Artículo 107. Los candidatos no dependientes de partidos políticos tendrán los mismos derechos conferidos a los candidatos de éstos, siempre que estén apoyados por cincuenta ciudadanos del Distrito, que hayan firmado su adhesión voluntaria en acta formal; que tengan un programa político al que deben dar publicidad y que se sujeten a los requisitos prevenidos en las fracciones VII y VIII del artículo anterior”.  Esto terminó con la Ley de 1946, misma que exigió el registro de partidos políticos y otorgó a estos la facultad del registro de candidaturas, con lo cual desaparecieron las candidaturas independientes. Casi 70 años después y a partir de la reforma política del 2012 se incluye de nueva cuenta en el sistema jurídico mexicano la figura de las candidaturas independientes. Estas recobran vida jurídica en la Constitución en el artículo 35 fracción II, mismo que establece los derechos del ciudadano, dentro los cuales se encuentra: “Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, teniendo las calidades que establezca la ley. El derecho de solicitar el registro de candidatos ante la autoridad electoral corresponde a los partidos políticos así como a los ciudadanos que soliciten su registro de manera independiente y cumplan con los requisitos, condiciones y términos que determine la legislación”. Y aquí es donde viene lo bueno. Dentro de los requisitos establecidos en la legislación aplicable para una candidatura independiente podemos encontrar el que quien se postule, debe presentar un listado de firmas de personas que le apoyan, con el dos por ciento del listado nominal de la demarcación por la que busque participar y la copia de la credencial para votar de cada persona. Los partidos políticos no deben cubrir este requisito. Las candidaturas independientes realmente son de a pie, sin recursos ni acceso a medios y televisión. Pues bien, en el recuento de los daños, los requisitos de las candidaturas independientes fueron considerados “desproporcionados e inviables”, un engaño, tomadura de pelo y simulación. Y si bien es cierto si lo son, en este 2015 hubo personas que asumieron el reto y hoy por hoy son candidatos electos. El hartazgo social en contra de los partidos políticos debido a sus excesos y abusos ha hecho que la ciudadanía si vea bien las candidaturas independientes y el saldo es hoy mayoritariamente favorable. El caso de Jaime Rodríguez “El Bronco” hoy ganador en las elecciones de Nuevo León ha hecho que la dignidad regia vuela a relucir. En lo personal, hablé durante la campaña con varias amistades de aquel estado, e invariablemente cuando les preguntaba por la candidatura independiente de “El Bronco” me contestaban: “El Bronco” no va a ganar, va a arrasar”, y así fue. Manuel Clouthier Carrillo hoy ganador de una diputación federal en Sinaloa es también un ejemplo de que las candidaturas independientes con todo y las trabas legales, si son posibles. La candidatura a cargo de Kukamoto Aguilar ha venido a instaurar la primavera jalisciense en este estado del occidente de México. Ellos tres derribaron obstáculos, tomaron el reto y hoy son ganadores, no sólo de la candidatura por la cual se postularon, sino de un sistema hecho para que las candidaturas independientes se topen con pared, y no logren siquiera cumplir con los requisitos legales. En el caso de Kukamoto, el Blog Mexicano refiere como iniciaron esta candidatura con el entusiasmo de 16 personas y terminaron ganando con el voto ciudadano de 51 mil 487 personas. Refiere además que en ese distrito hoy ganado por Kukamoto en Zapopan Jalisco, se instalaron 450 casillas que fueron cubiertas en un 95 por ciento por personas voluntarias para cuidar el voto, y definitivamente lo cuidaron muy bien. Dan cuenta también de como esas personas voluntarias recibieron alimentos de los vecinos de las casillas, con la finalidad de que aguantaran la jornada de más de 15 horas hasta consolidar el triunfo. Kukamoto gastó en su campaña sólo 18 mil pesos, contra los gastos millonarios del erario público que gastan todos los partidos políticos. Historias como estas, de solidaridad ciudadana, hacen que a este país definitivamente se le renueve el espíritu y la energía. Estos ganadores sin partido en esta elección 2015, harán seguramente que en las elecciones venideras las verdaderas iniciativas ciudadanas a cargo de mujeres y hombres comprometidos con sus comunidades, resurjan como verdaderos candidatos y candidatas legitimados por el impulso y apoyo cien por ciento ciudadano, del cual, los partidos carecen cada vez más. Están pagando la factura de dar la espalda a la sociedad, y pensar y actuar conforme se los marcan sus cúpulas partidistas. Definitivamente la independencia ha llegado y la lección es menos gobierno y más ciudadanía. Ciudadanizar la política, politizar a la sociedad. Que la política deje de ser eso que a la sociedad no le gusta porque es sinónimo de deshonestidad y corrupción. Antes de leernos la semana entrante, les invito a reflexionar con la frase de Enrique Múgica Herzog: “La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”.