Por Elvira Luna Pineda
Han pasado las elecciones, no
me detendré en hablar de los resultados y ganadores, ya bastante se ha
hablado de ello. En esta ocasión compartiré con ustedes temas pendientes,
deudas históricas con la niñez que en el vaivén político electoral se pierden
o se omiten, así, con el mayor desdén y postergación. ¿Por qué la clase
política se desgarra las vestiduras hablando de la niñez si la tiene en
abandono? Analicemos. Uno de los motivos de rechazo ciudadano más comunes en
la actualidad respecto los partidos políticos, es el dinero público que se
les entrega cada año, y en año electoral, con una suministración extra para
gastos de campaña.
La ciudadanía ve cada vez más
el exceso de recursos públicos distribuido a las cúpulas de poder que han
encontrado en los partidos políticos prácticamente la forma de hacer negocios
y pertenecer a una elite político-burocrática que con dinero del erario se da
una vida de verdadera realeza o aristocracia. Uno de los mayores
cuestionamientos sociales es ¿Por qué a los partidos políticos se les da
dinero público? De conformidad con lo establecido en el artículo 41, párrafo
2, Base II, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y artículo 51, párrafo 1, inciso a), fracción I, de la Ley General
de Partidos Políticos, el monto del financiamiento público para el
sostenimiento de las actividades ordinarias permanentes de los Partidos
Políticos se establece anualmente, conforme a lo siguiente: “se multiplica el número total de
ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral con fecha de corte de julio de cada
año, por el sesenta y cinco por ciento del salario mínimo diario vigente para
el Distrito Federal”. Ahora bien, “el
número total de ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral al treinta y uno
de julio de 2014, es igual a 85, 801,510, multiplicado por el 65% del salario
mínimo diario vigente para el Distrito Federal para el año 2015, equivalente
a $45.57 (Cuarenta y cinco pesos 57/100 M. N.). Con base en estos datos y
la fórmula legal anteriormente citada, el Instituto Nacional Electoral
determinó que el monto total de financiamiento público a distribuir a los
partidos políticos por concepto de actividades ordinarias permanentes para el
año 2015, es la cantidad de $3,909,545,803.15 (Tres mil novecientos nueve
millones quinientos cuarenta y cinco mil ochocientos tres pesos 15/100 M.
N.)”.
Pero esto no termina aquí,
vamos ahora a revisar los gastos de campaña en este 2015 que aun corre.
Nuestra Constitución señala en
su artículo 41, párrafo 2, Base II, inciso b) y la Ley General de Partidos
Políticos establece en su artículo 51, párrafo 1, inciso b), fracción II que,
“el financiamiento público para las
actividades tendientes a la obtención del voto durante el año en que sólo se
elijan Diputados Federales, equivaldrá al 30% del monto del financiamiento público
que corresponda por actividades ordinarias”. Es decir, la cantidad que
fue suministrada a los partidos políticos por concepto de financiamiento para
gastos de campaña en este 2015 ha sido de $1,172,863,740.95 (Mil ciento
setenta y dos millones ochocientos sesenta y tres mil setecientos cuarenta
pesos 95/100 M. N.). Todas estas cifras indescifrables, dan un gran total de
$5,082,409,544.10. Lo que significa que los partidos políticos durante 2015
tienen para gastarse del erario público por día, si lo leyeron bien, por día
la cantidad de $13,924,409.70 (Trece millones, novecientos veinticuatro mil,
cuatrocientos nueve, con setenta centavos 70/100 M.M.) ¿Pueden imaginar trece
millones al día para gastos de partidos políticos cuando estas instituciones
cuentan con un rechazo social exorbitante? Esto es digno de surrealismo. Sin
embargo esto no es todo. Terminando la campaña 2015, el 10 de junio para ser
más precisa, el Comité de los Derechos del Niño (CRC) de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), hizo públicas sus observaciones finales y
recomendaciones sobre la forma en la que en nuestro país se atienden los
problemas que enfrenta la niñez. Leer este informe te eriza la piel, por
constatar con datos duros y en un documento que en forma objetiva deja en
claro, la situación de abandono en la que se ha tenido a niñas, niños y
adolescentes desde hace ya algunos sexenios. Con “profunda consternación” el CRC de la ONU señala que la
problemática que la niñez y la adolescencia enfrenta en México es extrema violencia, resaltó como la
situación de violencia armada, tráfico de drogas y luchas entre bandas
criminales detonan en asesinatos de niñas y niños; desapariciones y
feminicidios, impunidad prevaleciente, violencia sexual, muerte materna de
adolescentes, trabajo y explotación infantil aun cuando está prohibido
por la ley, visibilizando la existencia de niños y niñas trabajando desde los
seis años de edad en sectores agropecuarios, no obstante que la Ley Federal
del Trabajo clasifica a estas actividades como peligrosas e insalubres.
Mientras candidatos y
candidatas hacían campaña y el dinero del erario público era despilfarrado,
el Comité de los Derechos del Niño visibilizó la necesidad de legislar e
implementar programas eficientes para erradicar las peores formas de trabajo
infantil, como la venta, la trata, la prostitución, el reclutamiento forzado,
trabajo en campos agrícolas y aquellos trabajos que ponen en peligro su
desarrollo integral.
¿Tendrán los diputados y las diputadas
electas entre sus prioridades legislativas atender las violaciones a derechos
humanos que sufre la niñez? Los niños y las niñas no votan, no tienen
sindicatos que después convierten en partidos, ni hacen plantones, marchas ni
manifestaciones. Para la reflexión y acción. Nos leemos la semana entrante.
|