Buen gobierno
Por Elvira Luna
Pineda
Kofi
Annan, Secretario General de Naciones Unidas en el periodo 1997-2006 y Premio
Nobel de la Paz en el año 2001, sobre el buen gobierno expresó lo siguiente:
“La voluntad de la gente tiene que ser la base de la autoridad gubernamental.
Este es el fundamento de la democracia. Este es el fundamento del buen
gobierno, el cual le dará a cada ciudadano... Un papel real y duradero
-política, económica y socialmente- en el futuro de sus sociedades”. Esta frase
con tanta esencia de fondo, parece no tener un punto de conexión con nuestros
gobiernos. Analicemos.
Para
nadie es un secreto que Mexicali se encuentra situada entre las primeras cinco
ciudades más contaminadas del mundo. Algunos especialistas la sitúan en el primero,
otros en el tercer lugar, lo claro es que nos disputamos uno de los primeros
deshonrosos lugares compitiendo con ciudades de India, China, Indonesia y Corea
del Sur. Con todo y lo que esto significa, su alcance y repercusiones en la
vida diaria de quienes aquí vivimos, parece que este grave problema sigue sin
dimensionarse por las autoridades, sin embargo, lo más lamentable es que como
ciudadanía seguimos también sin apreciar la incapacidad y opacidades de los
gobiernos, lejos y fuera de partidos y politiquerías, como sociedad debemos
analizar, evaluar y exigir rendición de cuentas a quienes hoy y en el pasado
han contribuido a que Mexicali esté inundada de residuos tóxicos, basura y
desechos industriales que afectan la salud y atentan contra la vida de los
mexicalenses.
Hace unos días vi
una nota publicada en el portal “Periodismo Negro”, que daba cuenta de una de
las últimas acciones del gobierno municipal de Jaime Díaz que contribuyen al
deterioro de la salud ambiental de nuestro municipio. Esta nota se refería
–entre otras cosas-, al reconocimiento de la autoridad municipal sobre el
sacrificio de 800 perros al mes, mismos que han sido abandonados en los últimos
meses a cielo abierto en el basurero municipal “Hipólito Rentería”. Estos
cuerpos, -800 al mes aproximadamente- son tirados a la intemperie con el
consecuente proceso de descomposición por el sol, el aire y el paso del tiempo.
Si a esto le sumamos el problema de la grave contaminación y lo mezclamos con
el problema de la Rickettsia que en la última década ha arrebatado la vida a
decenas de personas en Mexicali, ¿que tenemos como resultado? ¿Será una de las
explicaciones a tantas enfermedades respiratorias e infecciosas que padecemos
ya en forma común en este municipio? Es obvio que existe una gran
irresponsabilidad gubernamental con el abandono de los cadáveres de animales al
aire libre omitiendo los procesos de cremación e inhumación que señala la Ley
de Protección a los Animales Domésticos del estado de Baja California, sin
embargo es buen momento también para preguntarnos si la forma de actuar
individual de las familias y las personas de esta sociedad mexicalense está
siendo la adecuado, al permitir la reproducción indiscriminada de animales, sin
esterilización para controlar la multiplicación de especies en abandono por las
calles e incluso dentro de los domicilios.
Definitivamente
este y otros problemas están contribuyendo a que nuestro Mexicali se nos vaya
de las manos, entre corrupción, discrecionalidad de los gobiernos para hacer lo
que les venga en gana, falta de activismo ciudadano para asumir el papel que
como sociedad nos corresponde además de
exigir evaluación de autoridades y rendición de cuentas, pueden estar
siendo los ingredientes de un caldo de cultivo perfecto para el deterioro de
nuestra ciudad y valle.
Mientras
esperamos para encontrarnos en la lectura de la semana entrante, comparto con
ustedes una de las frases de Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura en
1922: “Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que
se complacen en ser mal gobernados”. Segura estoy que no somos un pueblo así,
demostrémoslo entonces!
Twitter:
@mujeporlapaz